La
vida menos esperada
Por: Diana Carolina Alzate
Pérez, Daniela Henao Gómez
Gloria
salcedo una mujer huérfana desde los diez años que le ha tocado sobrevivir
sola, bajo circunstancias precarias y degradantes trabajos, para sostenerse
ella y sacar adelante a sus cuatro hijos que en hasta el momento ya adultos no
la ayudan. Una vida malagradecida que le
ha tocado vivir desde su infancia.
Gloria, en su puesto de trabajo preocupada.
Muchos no sabemos cuál es la
historia detrás de cada vendedor ambulante, cual ha sido su papel en la vida,
sus travesías y las necesidades que han tenido y no se ha analizado cual es el estilo de vida que han
llevado, sus episodios, traumas, y demás humillaciones que han padecido a lo
largo de la lucha diaria de sus vidas.
Es claro que en Medellín y
en un lugar como el centro, muchos personajes a los que llamamos venteros
ambulantes, han tenido que recurrir a trabajos degradantes, esclavizantes y mal
pagados, que los han tenido que llevar en este caso a la prostitución y a pedir
limosna, lo cual deja un sabor amargo, feos recuerdos que a la hora de recordar,
no genera satisfacción alguna.
Se levanta todos los días a
las 4:00 am a atender a su compañero con el que convive desde hace 4 años,
dejando la comida lista para llevar a su zona de trabajo y todos los quehaceres
de la casa. Los dos trabajan con la misma empresa de Bonice y Crispetas Popetas;
cada mañana se preparan con sus diferentes carros de ventas para iniciar la
labor de cada día. A Gloria le toca permanecer en un mismo punto y su compañero sentimental camina todo el día
por las diferentes calles del centro de Medellín.
La mujer no se mueve de su
punto de venta de El Palo con La Playa, donde espera con paciencia y ansiedad
vender todos sus productos y poder recibir ganancias para su sustento y llegar
a su hogar tranquila.
-Estoy muy intranquila,
necesito un mejor trabajo. – dice gloria
muy desanimada.
-Necesito ganar más esto no
está dando.
El trabajo con los carros de
Bonice no tiene buena remuneración debido a que la ganancia es de 80 pesos por
unidad, es muy poco por eso aumentan 100 o 200 pesos, para poder sacarle mas
utilidad a cada venta, ya que la empresa para ella los explota y no les dan la ganancia merecida después de
una larga jornada de más de 12 horas de trabajo
sin parar y deambulando en las calles hasta llegar el punto de no poder
almorzar.
Vendiendo sus
productos en horas de almuerzo.
Desde
que tenía 10 años le ha tocado muy duro, muere su madre y no contaba con la
ayuda de sus otros familiares ni del gobierno, por eso mismo tuvo que recurrir
a la limosna, pedir en cada semáforo de la ciudad, en restaurantes, buses, a
las afueras de los hospitales para poder reunir dinero y comer algún pan y no
morir de hambre.
-¿Esta
vida quien se la espera tener desde tan pequeña? ¡Nadie!. – Dice gloria con
tristeza
Su
travesía de eventos desafortunados no paraba, seguían y empeoraban. Cuando
llego a los 14 años de edad no tuvo más remedio que comenzar a buscar algún
sustento para ella y el trabajo más cercano para una niña de esa edad, era
vender dulces o bailar para que le dieran dinero.
Quedo
embarazada a los 16 años de un hombre que no volvió a ver, la “enredo” y la
dejo sola a cargo de una niña. Sostenerla estaba siendo muy difícil para ella
que pensó dejarla en algún orfanato para que la cuidaran mejor de lo que ella
podía.
-No
pude dejar a mi niña tirada en ese lugar, así que me toco prostituirme para
poder darle el cuidado y el futuro que merecía - Dice gloria con desconsuelo y con los ojos un
poco aguados
-Tenía
que hacer algo por ella, no quería que tuviera mi suerte – lo dice un poco
exaltada.
-No
tuve más opción.
A
los años de ejercer por obligación este trabajo, llego el segundo hijo de otro
hombre que no sabe ni su nombre. Ahora no era una sola hija sino ya dos hijos a
los que tenía que mantener y con solo 18 años de edad. Su trabajo en la
prostitución siguió para sostener a sus dos hijos y darle el estudio que tanto
ella quiso para ella pero que era necesario y justo dárselo a sus hijos.
Gloria
una mujer muy aguerrida que habla a veces hasta con pena lo que le toco hacer
para poder conseguir dinero para sobrevivir y sostener a sus hijos, cuenta que
después de luchar tanto, tuvo dos hijos más siendo ya en total 4 niños a los
que tenía que cuidar sola y darles todo.
-Siento
que esta vida para cualquiera que la escuche va a ser lo peor que les puede
pasar, pero para mí es solo un capitulo, no mi vida entera – lo dice con
entusiasmo y esperanza
“Ya
sé que estoy vieja pero sé que puedo dar más y podré ir al campo a vivir y
terminar mis días en el lugar donde más he amado estar” – muestra una expresión
de anhelo gigante-.
Ha
sido muy mal recompensada en sus trabajos pero no sabía que sus hijos por los
que tanto luchó fueran los que más mal le iban a pagar, ella de forma triste
expresa: –Hasta la prostitución llegue por los hijos y ahora ni me ayudan- dice
decepcionada.
Ella
sueña con estar tranquila, con mejorar la relación con sus hijos y poder lograr
estabilidad en su vida, ya se siente de mucha edad enferma, con ganas de estar en un lugar diferente al
centro de Medellín, un espacio calmado sin bulla, donde sienta algún tipo de
apoyo del que nunca ha tenido, para aunque sea sentir unos días de clama
diferentes a su agitada vida y así poder lograr mejorar su salud y su poca
calidad de vida.